Destacable la disciplina de los estudiantes secundarios, sorprendente la poca claridad del Ministerio de Educación.
Ya son más de 100.000 los estudiantes en paro. Las demandas son por todos conocidas: pase escolar gratis, lo mismo para la Prueba de Selección Universitaria (PSU), revisar la Jornada Escolar Completa, derogar la Ley Orgánica Constitucional de Enseñanza y poner fin a la educación municipalizada.
¿Innecesarias?: probablemente algunas de ellas. ¿Exageradas?: también. Lo que ocurre es que cuando las exigencias son ignoradas y las respuestas no llegan, los límites ya no son los mismos.
Y es que sentarse alrededor de una mesa de dialogo es condición necesaria pero no sufriente.
Los jóvenes aunque no lo expliciten también demandan un establecimiento educacional presentable, una buena gestión administrativa, profesores y directores comprometidos, clases efectivas. En fin, una educación de mejor calidad que disminuya su incertidumbre económica y social.
Ellos tienen claro que con el actual escenario no mejoran sus oportunidades para acceder a la universidad, y también tienen claro la alta tasa de desempleo juvenil (en torno al 17%) que les espera afuera de las salas de clases.